¿En alguna ocasión has estado viendo la televisión o escuchando música y te han dicho: “¡Baja el volumen!”?, para los más jóvenes esto es normal ya que a ellos les gusta mucho estar todo el día con la televisión o la música alta porque les parece mucho más emocionante, sin darse en cuenta en ningún momento que están poniendo en riesgo su salud auditiva.
Generalmente la mayoría de las personas solemos asociar el estar sordo a una cuestión de edad, pero sin embargo, esto no es así, pues cualquier persona y a cualquier edad puede empezar a tener problemas de audición si no toma a tiempo las medidas necesarias para evitar este tipo de problemas.
¿Cómo se produce la pérdida de audición?
Una de las razones de empezar a tener problemas de audición es por causa del oído interno dañado, en este caso tanto la exposición al ruido como el envejecimiento pueden llegar a provocar el desgaste o en su defecto la desaparición de los vellos o de las neuronas que envían las señales del sonido a nuestro cerebro, lo cual hace que las señales o incluso que los impulsos eléctricos no se transmitan de forma eficaz y a consecuencia de ello es cuando se produce una pérdida de audición.
La acumulación de cerumen es otra causa de los problemas de audición, ya que en este caso las ondas sonoras pueden llegar a toparse con un bloqueo de cerumen, el cual impide directamente su paso por el canal auditivo, por suerte para nosotros, con la eliminación adecuada del cerumen se vuelve a recuperar la audición.
Otro factor que influye mucho en los problemas auditivos son las infecciones en el oído, como los bultos normales o incluso los tumores óseos.
La membrana del tímpano perforada o también conocido como tímpano roto, que son productos de ruidos muy fuertes, como estallidos, los cambios de presión repentinos, o al introducirse un objeto con punta en el oído o ha raíz de una infección pueden llegar a causar que el tímpano sufra alguna perforación y está entonces afecte a la audición.
Además tengan en cuenta que otra causa muy común de los problemas auditivos es la predisposición genética, es decir, que contemos en este caso con antecedentes familiares, pues tengan en cuenta que el factor hereditario puede hacernos más vulnerables a los ruidos como al propio desgaste de la estructura de nuestro oído, provocandonos así problemas auditivos.
No olviden que a consecuencia de una enfermedad como es el caso de una infección de oído o una meningitis, que son enfermedades que suelen provocar fiebres muy altas pueden dañar la cóclea y está a su vez ocasionar sordera, además un golpe fuerte en la zona del oído también puede llegar a provocar la pérdida de audición.
Síntomas principales
Aunque no lo crean, nosotros mismos podemos prevenir la pérdida de la audición, ya que si bien es cierto que la mayoría de las veces la propia persona afectada no se da cuenta, pero sí los de su entorno, pues en este caso existen unos signos o en su defecto síntomas que nos pueden dar pistas de que algo está fallando en nuestro sistema auditivo y estos son los siguientes:
- Subir demasiado el volumen de la televisión, de la radio o de cualquier dispositivo que estemos utilizando.
- No participa en conversaciones, ya que no se escucha bien lo que otras personas dicen.
- Tener dificultad para comprender palabras, sobre todo, si hay ruido de fondo.
- Pedir constantemente a las personas que nos hablen más lento, mucho más claro y con un tono de voz más alto.
Así que para estar mucho más seguro de que tus oídos reciben realmente la atención adecuada, nosotros te recomendamos que programes cuanto antes una consulta con un profesional titulado de la audición, e incluso ten en cuenta que hoy en día gracias a sitios como EarPros.com tú puedes llegar a programar sin problema alguno una consulta totalmente gratis con un profesional titulado de la audición, por lo que de ahora en adelante ya no tienes excusa alguna para no cuidar correctamente tu salud auditiva como la de tu familia.
Además si tienes niños en casa recuerda que es necesario que cuides aún más su salud auditiva, ya que sus oídos son más delicados y por ende, estos son más propensos a sufrir alguna tipo de problema, como es el caso del síndrome de Ménière el cual como es de saber se trata de una afección del oído interno, está lamentablemente resulta ser crónica y la sintomatología asociada es variada.
En este punto cabe mencionar que está no se trata de una patología contagiosa, y suele ser más que todo unilateral, además hay que tratarla a tiempo, debido a que está conlleva el riesgo de la pérdida de la audición de forma permanente y si bien es cierto que está es una enfermedad que acontece más que todo en personas de edad avanzada, también hay un enorme porcentaje de niños que padecen del síndrome de Ménière, es por ello, que tanto niños como adultos deben recurrir a las revisiones periódicas.
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